"La declinación de la energía política"

La declinación de la energía política y de la actividad de la clase revolucionaria, engendra un resurgimiento de la confianza, entre las clases "contrarrevolucionarias", tanto entre aquellos, derrocados por la revolución, pero no completamente aniquilados, como entre aquellos, que ayudaron a la revolución, en un cierto momento, pero fueron arrojados al campo de la contrarrevolución, por el devenir de la revolución.

  El otro Vincent van Gogh, el de Brabante - líneas sobre arte

 

 "Las revoluciones, históricamente, han sido, siempre, seguidas por contrarrevoluciones. 

Las contrarrevoluciones, siempre han hecho retroceder a la sociedad, pero nunca tan lejos como para llegar al punto inicial de la revolución. La sucesión de revoluciones y contrarrevoluciones es producto de ciertos aspectos fundamentales, en el mecanismo de la sociedad de clases, la única en la cual las revoluciones y las contrarrevoluciones son posibles.

 La revolución es imposible, sin la participación de las masas a gran escala. 

Esta participación se torna posible a su vez solamente si las masas oprimidas ligan su esperanza de un futuro mejor a la idea de la revolución. 

En este sentido, las esperanzas engendradas por la revolución son siempre exageradas. 

Esto es a causa de la mecánica de clases de la sociedad, la terrible penuria de la abrumadora mayoría de las masas, la objetiva necesidad de concentrar la mayor esperanza y esfuerzo con el fin de asegurarse el más modesto progreso, y así sucesivamente.

 Pero de estas mismas condiciones surge uno de los más importantes -y además, uno de los más comunes- elementos de la contrarrevolución. 

Las conquistas ganadas en la lucha no se corresponden, y en la naturaleza de las cosas no pueden directamente corresponderse, con las expectativas de las masas atrasadas, que han despertado a la vida política, por primera vez en gran número, en el curso de la revolución.

 La desilusión de estas masas, su retorno a la rutina y a la futilidad, es una parte integrante, del período posrevolucionario, tanto como el pasaje al campo de "la ley y el orden" de aquellas clases o sectores de clase, "satisfechos", que habían participado en la revolución.

 Estrechamente ligado a estos procesos, procesos paralelos de un carácter diferente y en gran medida opuesto, tienen lugar en el campo de las clases dominantes. 

El despertar, de las masas atrasadas, rompe el habitual equilibrio de las clases dominantes, privándolas no solo de su apoyo directo, sino también de su confianza, y de este modo, le permite a la revolución, apoderarse de mucho más, de lo que más tarde, será capaz de mantener.

 La desilusión, de un sector considerable de las masas oprimidas, con los beneficios inmediatos de la revolución y -directamente ligado a esto- la declinación de la energía política y de la actividad de la clase revolucionaria, engendra un resurgimiento de la confianza, entre las clases contrarrevolucionarias, tanto entre aquellos, derrocados por la revolución, pero no completamente aniquilados, como entre aquellos, que ayudaron a la revolución, en un cierto momento, pero fueron arrojados al campo de la contrarrevolución, por el devenir de la revolución"

 

San Martín,  a los 20 días del mes de Abril de 2024.- 

a un año de la creación del Frente Vocación Nacionalista

 


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