"Después de mi, el diluvio, porque El estado soy yo."


El pobre Tulei, sin salida.
Por un lado, el kirchnerismo lo amenaza con el manicomio.
Otros, con la profecía de Parravicini.
Otros, con la asamblea legislativa.
Y otros con el juicio político.


Pero, como tiene fama de cobarde, además de ser ignorante, e inhábil para la función que desempeña, ahora se refugia, en los militares de la dictadura, en una clara jugada, por amedrentar al pueblo trabajador, al que hostiga y hambrea.

Pueblo, sometido a la hambruna, jamás vivida en nuestro país.
Con jubilados indigentes.
Con padres de familia que se escanean los ojos, para blanquear el dinero del narcotráfico.
Con la educación, salud, economía, en la más baja de sus funcionalidades, somete su memoria, al pasado más oscuro y cruel vivido por los argentinos.

Crueldad mental, extravagancia y perversidad, al mejor estilo Calígula, el tirano demente, demarcan el perfil de su reinado.

Acuciado por el fracaso, da sus últimos manotazos de ahogado, ante la quietud y silencio de pseudo dirigentes kirchneristas, y sindicalistas comprados, hace su apuesta mayor.

Esa mezcla de Moisés, Calígula y Luis XIV, quien pronunciara la frase:
"El Estado soy yo" o Luis XV, quien comentó: "Después de mí, el diluvio"

 
¿Cuán
do, comenzarán las lluvias, de muerte o balas, que dijo Espert?

 

P/D

Contrarrestando la historia apócrifa.

 

Mabel Pappano Abraham, a los 2 días del mes de abril del año 2024.-

 


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