Stop


Stop.

Si a Cristina le faltaba una cucarda,
la ha bordado con temple y coraje,
la exhibe entera,
como quien sabe que esto, le duele más al enemigo.

Una condecoración en el pecho,
que late como tambor en la tormenta. Cristina presa.

Pero no basta nombrar a los nefastos —
esa estirpe que nos arrojó al abismo
 y aún se pasea por las ruinas
como si el incendio no les perteneciera.

Hoy el temario es otro:
Mekorot susurra desde las napas,
el sionismo agita sus redes invisibles,
la Patagonia tiembla
bajo el peso de intereses mudos.
Los radares miran sin ver,
los recursos se venden en silencio.
El mundo gira,
y la Argentina debe pararse de frente.

El catecismo que recitamos de niños,
con manos juntas y alma dócil,
debe releerse —
no para comulgar otra vez,
sino para dudar, para crecer,
para saber que fe sin conciencia
 es otro modo de obedecer.

El respaldo político ha sido claro,
contundente.
Ya no hay lugar para la cautela.

Comienza una nueva etapa.
La política —esa palabra gastada—
debe alzarse,
tomar el primer lugar,
como antorcha en el  invierno del pueblo.

El Congreso,
de una vez por todas,
debe abandonar su tibieza sospechosa.
 
Que se callen las palabras elocuentes
si no vienen acompañadas de hechos.

Queremos leyes que no maquillen la injusticia.
Queremos justicia que no se acueste con el poder.

Queremos un país que no se entregue en cuotas.

Vamos por el juicio político.

Por el fin de los superpoderes.

Por la abolición de los DNU,
como decretos de espaldas al pueblo.
Por los derechos conquistados,
por quienes trabajan y por quienes ya dieron su todo.
Por una identidad que no se rinda,
por una Constitución que no se doblegue
 ante el puñal del Decreto 70/23
, ni ante ningún artilugio, que viole
nuestra historia, nuestra voz,
 nuestra democracia.

Mabel Pappano
Frente Vocación Nacionalista
A los diez días del mes de junio, de 2025
en General San Martín, mi distrito.

P/D
Basta de política de utilería,
de consignas de cartón y promesas huecas.

Basta de candidatos que venden humo,
mientras encienden fuegos que nos devoran.

Y basta, sí,
de Milei, el topo entregador,
que arría la bandera patria
en nombre de la extranjería disfrazada.

P/D:
No más mamotretos disfrazados de urgencia.

P/D
No más muertes silenciosas de nuestros viejos, culpables de sobrevivir.

Stop

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