El fantasma del Presidente Macri

Son momentos muy delicados, horas muy preocupantes. Cualquiera se viste con nuestras ropas peronistas y es justo ahí, donde más cuidado debemos tener. Esos son los peores, porque se ponen a tu lado para identificarte y socavar tu espíritu de lucha. Los conocemos bien. Los hemos padecido antes y ahora. Por eso en estas horas, debemos estar muy atentos. No permitir que nos impidan pensar. Porque ésa es nuestra espada hoy. Nuestra inteligencia y sapiencia, dadas por tantos años de historia.
Nos quieren arrastrar como carne de cañón. Como siempre lo fuimos, solamente que nuestra piel curtida nos da señales de peligro. Y no van a movernos. Somos Aníbal frente a los romanos. Y son nuestros 37 elefantes, el legado de las palabras sabias del general que nos preparó para estas horas, junto a Eva, nuestra eterna conductora.
No tengamos complejos de nombrarlos. No tengamos complejos de expresarnos. No tengamos complejos de ninguna índole. Que la música de trasfondo de esta etapa sea un susurro como las olas del mar. Un susurro que pida justicia. La justicia de Dios sobre aquellos que carecen de latidos en el pecho. Y ellos saben quienes son. Nosotros también lo sabemos.

Por otro lado, el presidente Macri no deja de culparnos y responsabilizarnos de los desfasajes ocurridos luego de las elecciones.

 Dijo en su mensaje último:

"Lo que paso hace poco, menos de dos semanas.
Un poco más de dos semanas.
Que los argentinos estamos viviendo realmente (a partir del resultado de las paso)
un clima de preocupación y de angustia...
Se ha generado una incertidumbre política.
Y que han tenido, lamentablemente consecuencias económicas.
Me refiero a las PASO que no son más que una encuesta.
La más cara de todas.
Pero que han tenido la capacidad, de desencadenar una crisis como la que estamos viviendo."

Señor presidente. Usted es un tremendo descarado.
Un ser abyecto. Carente de idoneidad, que solamente sobe arrodillarse ante el imperio.
Un cobarde y falto de talento.

Cuando usted, al igual que el Emperador Cómodo decidió entregar a su pueblo espadas de madera, quitándoles el pan de sus mesas. Se convirtió en lo que es hoy.
Un fantasma que crea una ilusión y pretende que el pueblo le crea.


"El último desembolso ha sido íntegramente destinado a financiar la fuga"
Esta bien, y que hacemos Don Alberto? llamamos al 911?

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