Las relaciones diplomáticas y consulares entre la República Argentina y el ImperioOtomano
Paulo Botta
Introducción
A principios del siglo XX la situación internacional de la República Argentina y su modo de inserción en el contexto internacional hacían que la región de Medio Orienteno fuera una prioridad de su agenda de política exterior. Lo único que Argentina podía aspirar, desde el punto de vista del relacionamiento diplomático con esos estados, era un crecimiento del intercambio comercial.En 1902,la zona de África del Norte y Medio Oriente estaba constituida por los siguientes sujetos de derecho internacional: Imperio Otomano (territorios que en la actualidad abarcan los siguientes Estados: Israel, Palestina, Jordania, Irak, Siria, Líbano,Turquía, Libia, Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, Bahrein, Omán, Yemen y EmiratosÁrabes Unidos), Imperio Persa (República Islámica de Irán), posesiones de la República Francesa (Una zona del Reino de Marruecos, Argelia, Túnez), Posesiones de la Corona Británica (Egipto) y una zona ocupada por la corona española (Una partede lo que hoy constituye el Reino de Marruecos y el Sahara Occidental).
Resultaba, por lo tanto lógico, queArgentina se relacionara a principios del siglo XXcon el Imperio Persa(a partir de 1902)y el Imperio Otomano (desde 1910), y que en el resto de los territorios estableciera consulados a los fines de propiciar un aumento del intercambio comercial. Estos consulados dependían de los consulados generales en las respectivas metrópolis y, debemos destacar, sus actividades se centraron en el ámbito comercial no en el migratorio, como sucedía con los consulados y vice consulados argentinos de esos años en Europa. A diferencia de las relaciones entre Argentina y el Imperio Persa, las relaciones entre Argentina y el Imperio Otomano incorporaron un elemento que no existía en el casoanterior: el creciente número de inmigrantes de ese país, súbditos otomanos, que llegaban desde finales del siglo XIX al territorio argentinoa través de cadenas migratorias familiares y no como resultado de una política de incentivo por parte deninguno de los dos gobiernos. Las características de esta inmigración son complejas y han sido estudiadas en profundidad
Resultaba, por lo tanto lógico, queArgentina se relacionara a principios del siglo XXcon el Imperio Persa(a partir de 1902)y el Imperio Otomano (desde 1910), y que en el resto de los territorios estableciera consulados a los fines de propiciar un aumento del intercambio comercial. Estos consulados dependían de los consulados generales en las respectivas metrópolis y, debemos destacar, sus actividades se centraron en el ámbito comercial no en el migratorio, como sucedía con los consulados y vice consulados argentinos de esos años en Europa. A diferencia de las relaciones entre Argentina y el Imperio Persa, las relaciones entre Argentina y el Imperio Otomano incorporaron un elemento que no existía en el casoanterior: el creciente número de inmigrantes de ese país, súbditos otomanos, que llegaban desde finales del siglo XIX al territorio argentinoa través de cadenas migratorias familiares y no como resultado de una política de incentivo por parte deninguno de los dos gobiernos. Las características de esta inmigración son complejas y han sido estudiadas en profundidad
.Así, para el Imperio Otomano el establece rrelaciones con Argentina era una manera de mantener contactos con sus connacionales que habían emigrado.La existencia de un grupo migratorio otomano en Argentina fue la base para elestablecimiento de las relaciones políticas. La voluntad argentina de generar unintercambio comercial con el Imperio Otomano no pudo concretarse en primer lugar debido a la Primera Guerra Mundial (1914
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1918) y posteriormente por la Guerra deIndependencia turca o Guerra Greco-Turca (1919
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1923). Luego del establecimiento dela Repúblicade Turquía como estado sucesor del Imperio Otomano el 29 de Octubre de1923, los problemas del período de entreguerras hicieron que no fuera posible un intercambio comercial debido a la falta de estabilidad política y económica
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