LONDRES, 08 Sep. 13 / 10:05 pm (ACI/EWTN Noticias).-
Kitty
Green, directora del documental Ukraine is not a Brothel (Ucrania no es
un burdel), reveló que la mente maestra tras el grupo feminista radical
Femen no es una mujer sino un hombre identificado Victor Svyatski, un
polémico personaje que trata “bastante horrible a las chicas” activistas
y que las llega a insultar llamándolas “perras”.
Las activistas radicales Femen se definen como “sextremistas”, y suelen protestar con el pecho desnudo, y han atacado violentamente a miembros de la Iglesia Católica.
En entrevista con el diario británico The Independent, Green indicó que si bien Svyatski es considerado formalmente como un “asesor” de Femen, “una vez que yo estaba dentro del círculo interno, no puedes no conocerlo. Él es Femen”.
“Era un tema moral importante para mí, porque me di cuenta cómo esta organización era dirigida. Él (Svyatski) era bastante horrible con las chicas. Él les gritaba y las llamaba perras”.
“Es su movimiento y él escoge a dedo a las chicas. Él escogió a dedo a las chicas más bonitas, porque las chicas más bonitas venden más periódicos. Las chicas más bonitas que aparecen en la portada… que se convirtió en su imagen, que se convirtió en la forma en la que han vendido la marca”, señaló la directora del documental.
Cuando Green finalmente logró entrevistar a Victor Svyatski, él reconoció ser una suerte de “patriarca” al frente de Femen, asegurando que “estas chicas son débiles”.
“Ellas no tienen la fuerza de carácter -dice Svyatski en el documental-. Ellas no tienen siquiera el deseo de ser fuertes. En lugar de eso, se muestran sumisas, faltas de carácter, carentes de puntualidad, y muchos otros factores que no les permiten convertirse en activistas políticas. Estas son cualidades que era esencial enseñarles”.
Preguntado por Green si creó Femen para “conseguir mujeres”, Svyatski admitió que “quizás sí, en alguna parte de mi profundo subconsciente”.
Una de las activistas que declaró para Green reconoció una suerte de síndrome de Estocolmo, como una simpatía de secuestrados por su secuestrador, en la relación de las mujeres activistas con el fundador de Femen.
“Somos psicológicamente dependientes de él, e incluso si sabemos y entendemos que podríamos hacer esto por nuestra cuenta, sin su ayuda, es dependencia psicológica”, reconoció.
Las activistas radicales Femen se definen como “sextremistas”, y suelen protestar con el pecho desnudo, y han atacado violentamente a miembros de la Iglesia Católica.
En entrevista con el diario británico The Independent, Green indicó que si bien Svyatski es considerado formalmente como un “asesor” de Femen, “una vez que yo estaba dentro del círculo interno, no puedes no conocerlo. Él es Femen”.
“Era un tema moral importante para mí, porque me di cuenta cómo esta organización era dirigida. Él (Svyatski) era bastante horrible con las chicas. Él les gritaba y las llamaba perras”.
“Es su movimiento y él escoge a dedo a las chicas. Él escogió a dedo a las chicas más bonitas, porque las chicas más bonitas venden más periódicos. Las chicas más bonitas que aparecen en la portada… que se convirtió en su imagen, que se convirtió en la forma en la que han vendido la marca”, señaló la directora del documental.
Cuando Green finalmente logró entrevistar a Victor Svyatski, él reconoció ser una suerte de “patriarca” al frente de Femen, asegurando que “estas chicas son débiles”.
“Ellas no tienen la fuerza de carácter -dice Svyatski en el documental-. Ellas no tienen siquiera el deseo de ser fuertes. En lugar de eso, se muestran sumisas, faltas de carácter, carentes de puntualidad, y muchos otros factores que no les permiten convertirse en activistas políticas. Estas son cualidades que era esencial enseñarles”.
Preguntado por Green si creó Femen para “conseguir mujeres”, Svyatski admitió que “quizás sí, en alguna parte de mi profundo subconsciente”.
Una de las activistas que declaró para Green reconoció una suerte de síndrome de Estocolmo, como una simpatía de secuestrados por su secuestrador, en la relación de las mujeres activistas con el fundador de Femen.
“Somos psicológicamente dependientes de él, e incluso si sabemos y entendemos que podríamos hacer esto por nuestra cuenta, sin su ayuda, es dependencia psicológica”, reconoció.
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