Jerusalén| PIP, 6 Septiembre 2013.- 4:32AM
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| El palestino Shaker muestra como fue obligado por los israelíes a demoler su propia casa en Jerusalén |
Con prepotencia las autoridades de la potencia ocupante israelí
obligaron al palestino Shaker Nayef Jaabes, demoler su propia casa en
Jerusalén Este ocupada el pasado jueves, donde vivía con su esposa y sus
cinco hijos dejándolos a todos a la intemperie y sin hogar. Shaker,
compro esa propiedad a un palestino en 2008 con la documentación en
orden y luego de varios meses las autoridades israelíes le ordenaron
pagar $50,000 shekel ($13,000 dólares) de multa alegando, ilegalmente,
que la casa fue construida sin licencia israelí. Para evitar
inconveniente con la ilegal municipalidad israelí completó el pago
requerido, sin embargo, tiempo después un tribunal israelí le ordenó
pagar $100,000 shekels más, desesperado Shaker comentó, “le dije al
juez israelí que no tenía el dinero para seguir pagando. Sin argumentar,
me respondió que antes del 8 de septiembre debía demoler la casa, caso
contrario la demolerá las autoridades israelíes y deberá abonar $70,000
shekels por los gastos de mano de obra”. La casa de Shaker era de 100
metros cuadrados y estaba construida sobre tierras palestinas sometidas a
la ocupación de Jerusalén. Demoliciones: Sumado
al Informe de la Fundación Tadamun para los Derechos Humanos, sobre las
demoliciones de 27 casa palestina durante el pasado mes de agosto (ver:
6/9), el Comité Israelí Contra la Demolición de Casas, denunció que
“Israel al menos ha demolido 27.000 viviendas y estructuras palestinas
desde que ocupó la Ribera Occidental y Gaza en 1967 y, designó a la
mayor parte de las tierras agrícolas cercanas a Jerusalén como espacios
verdes para prohibir a los palestinos regresar a sus tierras”. Las
demoliciones de hogares por fuerzas ocupantes para los Convenios de
Ginebra, son un crimen de lesa humanidad. Represión y Secuestros: Como
parte de la permanente profanación al predio de las mezquitas en la
Vieja Jerusalén, fuerzas de ocupación sionista irrumpieron en la
Mezquita Al-Aqsa, mientras se llevaba a cabo el rezo de los viernes
provocando a los feligreses palestinos, los que comenzaron a tirarles
piedras para que se fueran del lugar. Las tropas aprovecharon la
oportunidad para reprimir con bombas de aturdimiento y gases
lacrimógenos, hiriendo a varios palestinos y secuestrando a 21 de ellos.
Por otra parte, la policía ocupante prohibió que 16 micros llenos de
palestinos musulmanes lleguen al predio de las mezquitas para las más
importantes oraciones musulmanas de los viernes.
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