
#PanamáPapers
lunes, 11 de abril de 2016
Como alumna egresada de periodismo de la UCA, fui invitada a participar de la charla, en el edificio Santo Tomás de la Universidad Católica Argentina de Buenos Aires, que se realizò en el día de la fecha.
Los periodistas de La Nación, Iván Ruiz y Maia Jastreblansky, quienes participaron en la investigación de Panamá Papers e investigaron la sociedad offshore de Mauricio Macri, junto al periodista Hernàn Cappiello, (director de la carrera de Comunicaciòn Periodística), participaron de los alocuciones explicativas.
Con una sala colmada de alumnos egresados de Periodismo, Iván y Maia explicaron con diapositivas lo que fue el proceso de investigación para el cual fueron seleccionados por Hugo Alconada Mom, quien recibió la información de las sociedades offshore de parte del Internacional Consortium of Investigate Journalists (ICIJ)
.

En dicho encuentro, hablaron sobre los obstáculos que debieron enfrentar para que la investigación tome relevancia pública y Jastreblansky reveló no haber estado de acuerdo con la tapa que sacó La Nación el domingo 3 de abril.
Por otro lado, ambos periodistas dijeron al alumnado que fueron “acusados” de haber ocultado la información que involucra al presidente en función Mauricio Macri de manera “intencional”, sin embargo confirmaron que “no podían revelar esa información hasta tanto no tuvieren la conformidad del ICIJ”.
“La información debía ir publicándose paulatinamente sin afectar la información de periodistas de otros países”, reveló Jastreblansky.
Por otro lado, Iván Ruiz, quien descubrió la sociedad offshore “Fleg Trading Ltd.”, en la que Macri figura como director, confirmó que “unos días después de haber asumido como presidente, tuve acceso a esa información”, y agregó “no podíamos publicarlo en ese momento, tuvimos que esperar”.
Por otro último, revelaron haber descubierto una sociedad en la que se vio involucrado el diario La Nación.
Ante el dilema de publicar o no dicha información, lo consultaron con las máximas autoridades y éstos decidieron hacerlo público el domingo pasado en una carta a los lectores.
Hernán Cappiello

Panamá Papers: ¿Cómo accedieron a la información y la procesaron hasta su publicación?
Por Iván Ruiz y Maia Jastreblansky (La Nación).
“El paso a paso de nuestro trabajo en La Nación”:
“Las primeras comunicaciones con el Consorcio Internacional las recibió Hugo Alconada Mom, hace 11 meses. Le comunicaron que había un trabajo importante. Y que esta vez, podía ser muy importante para nosotros porque la base era de Panamá, y Panamá, sabemos que es un destino muy buscado por los argentinos, en particular el estudio Mossack Fonseca, un estudio que se usa mucho, los primeros contactos los mantuvo Hugo con una argentina que trabaja en el Consorcio Internacional.
El primer trabajo fue el registro en nuestros sistemas, empezar a loguearnos, a usar las contraseñas, nuevas aplicaciones de teléfono, etc. Una vez que estuvimos bien inmersos en el sistema, aprendiendo a usarlo y buscarlo, empezaron algunos viajes puntuales que fueron para ir puliendo nuestro trabajo. En primer instancia, un ingeniero en sistemas que trabaja con nosotros, viajó a Washington, porque ahí se juntaron en la sede del ICIJ, representantes de los principales medios que ya estaban empezando a trabajar el tema, y fue clave que en ese momento fuera porque era necesario saber algunas cuestiones metodológicas puntuales, sobre cómo descargar archivos, etc. Luego hubo una segunda reunión estratégica a mitad de camino, en Munich, a la que fue Hugo Alconada, y la tercera que me tocó a mí en Noruega”.
“Esta investigación no hubiese sido posible sin el uso de tecnología. En primer lugar la información llegó al diario Sueddeutsche Zeitung, totalmente cifrada y fue manejada durante largos meses en discos externos, no se conectaba Internet con la información, la tenían aislada. Lo primero que la gente del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación hizo fue, subirla a cuarenta servidores de Amazon. Nosotros todavía no habíamos accedido a la información. El gran objetivo fue crear una especie de Google en donde se pudieran buscar los documentos por palabras (“búsqueda humana”), pero para esto antes debían pasar el Optical Character Recognition (OCR), que lo que hace es lo siguiente: la mayoría de las imágenes estaban en formato de foto “duro” en el que no permitía la vista de caracteres, y lo que hace el OCR es que puedan leerse caracteres en esa foto. Convertir la imagen en un texto reconocible de caracteres.
Pudieron hacerlo con la mayoría de los documentos, no con todos. Pero el gran mérito de la gente del ICIJ fue transformar la mayor cantidad de documentos para que puedan ser indexables y así surgió el “Black Light” (es como Google), que es el sistema en donde nosotros accedemos, otro similar al Facebook “Global”, en el cual se comparten las experiencias, hallazgos, noticias sobre el tema y sobre todo fue muy importante, antes de la publicación, porque ahí manteníamos el “secretismo”. Podíamos compartir información con los colegas de otras partes del mundo, y si ellos encontraban un dato importante para la argentina, ese dato venía para nosotros. Podíamos chatear en cualquier momento con ellos, y el Linkourius, era como un “mapa” que te hacía visualizar las sociedades, los accionistas, y todos los intereses alrededor de las firmas, era muy claro para sacar los datos básicos”.
La experiencia de Maia:
“Esto comienza hace un año atrás cuando una fuente anónima se acerca a un diario alemán, le da la primera tanda de documentos, el diario alemán observa que están involucrados un montón de países y decide contactar al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación. Fue el consorcio quien organizó esta investigación a nivel mundial. Éramos más de 370 periodistas de distintos países, que hablábamos distintos idiomas, con distintas realidades y distintas presiones de sus gobiernos, entonces todos debíamos estar de acuerdo en algo: la seguridad extrema. Mantener de manera confidencial durante toda la investigación y tomar muchas medidas de seguridad”.
Les doy un ejemplo, hace unos días se filtró la URL del sitio que nosotros utilizamos para investigar, entonces para entrar ahí nosotros teníamos que poner nuestro usuario, una contraseña de 20 caracteres y otra contraseña que va cambiando cada 1 minuto. Así con todo, no podíamos usar nuestro gmail, Hotmail de nuestro trabajo, teníamos que usar un “hashmail”, que permite encriptar los mails lo que impide que se hackeen, tampoco podíamos hablar esto por whatsapp, y muchas más medidas que en lo cotidiano era comentarlo lo menos posible para que no se filtre”.
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